sábado, 6 de abril de 2013


Hola a todos y todas:

En este tiempo nos han pasado muchas cosas que nos han tenido alejadas del blog…. Pero ¡¡estamos de vuelta!!

En los últimos tiempos hemos estado pensando mucho sobre la evaluación. Uno de los temas que nos preocupan es qué supone la calificación (el poner una nota numérica, tal como se requiere en el sistema universitario español) respecto al proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes. Todos estaremos de acuerdo en que enseñamos para que nuestros estudiantes aprendan, se formen, y para que crezcan y se desarrollen intelectualmente y como personas en el marco de una pequeña parcela de conocimiento de la que somos responsables. Si esto es así ¿qué papel desempeña la calificación en el proceso de aprendizaje? Nos atreveríamos a decir que ninguna.

Hemos encontrado que la calificación influye negativamente en el proceso de aprendizaje, al menos por los siguientes motivos:

1) Desde el punto de vista del estudiante, la calificación está desligada del proceso de aprendizaje, e induce, en nuestra opinión, una motivación extrínseca y ligada a patrones conductistas (se trabaja por un premio o un castigo, que es la nota).

2) El tener que otorgar calificaciones es un procedimiento ligado a la sociedad de consumo; las calificaciones articulan un vínculo entre el sistema educativo y el mercado de trabajo (en tanto que establecen una selección).

3) Las calificaciones clasifican a los individuos; los clasifican ante nuestros ojos, a los suyos, y de cara a la sociedad. Los estudiantes pasan a ser buenos, mediocres y malos.

4) Dado que la calificación se asocia a una asignatura, condiciona el futuro de los individuos  (si eres “muy bueno” en una materia pero “malo” en otra, la nota te condiciona a futuras elecciones respecto a lo que quieres hacer (el típico “el inglés me bajó toda la media y no pude entrar en…”).

Dado que en nuestro sistema educativo es imposible suprimir las calificaciones, lanzamos la siguiente pregunta: ¿cómo se podrían mitigar esos aspectos negativos de la calificación dentro del proceso de aprendizaje? ¿cómo se podrían reconvertir las calificaciones en algo positivo que contribuyera al desarrollo de un buen aprendizaje?

Aquí quedan estas preguntas. En esta ocasión os pedimos sugerencias, comentarios, que nos relatéis vuestras experiencias al respecto…. 

Laura, Isabel, Silvia

1 comentario:

  1. En el punto 1 se afirma que la calificación está desligada del proceso de aprendizaje del alumno. Y las tareas, ¿no están igualmente desligadas del proceso? Pues realmente no lo sabemos, hasta que alguien nos explique en qué consiste el proceso de aprendizaje en tanto mecanismo. No parece haber proceso de aprendizaje, sino procesos, y por tanto no existe una única función A(prendizaje) que dado un organismo O y un dominio cognitivo D dé como resultado la Cognición de D. Parece no existir A(O,D)=C-D, sino múltiples A. Algunas A son asociativas y otras no lo son, y en las primeras la calificación podría tener sentido. En las segundas, aquellas que tienen que ver con la creatividad, entendida en sentido chomskiano, seguramente la calificación es inútil. En cuanto al punto 2, pues aquí hecho de menos una reflexión desde la historia de la educación. Mi impresión es que cuando la educación ha sido aristocrática o plutocrática no ha existido la calificación. La universalización de la educación ha traído consigo la meritocracia, y esto ha sido así en sociedades que no fueron exactamente de consumo, como en las sociedades comunistas.

    ResponderEliminar